Su legado caritativo, nos invita a ir al encuentro de los más pobres y ver a Jesús en ellos.
Reconocido como el Padre de la caridad, San Vicente de Paúl, sacerdote Vicentino oriundo del sur Francia, gastó sus energías a lo largo de su vida para ayudar a los más necesitados, sin importar su edad, género y situación, la cual, ha trascendido por más de 400 años alrededor del mundo, gracias a la Congregación de la Misión y la Compañía de las Hijas de la Caridad, junto a Santa Luisa de Marillac.
Bajo este contexto y en el marco de la celebración de la Fiesta de San Vicente de Paúl (27 de septiembre) La Comunidad Educativa-Vicentina de la Escuela Milagrosa, festejó a su Santo Fundador con una Eucaristía celebrada por el P. Obispo Oscar Blanco, en la cual agradecimos como Familia Vicentina por la vida y obra de San Vicente, para que encienda en nosotros el fuego de la caridad, para sensibilizarnos con las más urgentes necesidades en nuestra sociedad y servir con mayor fuerza a quienes más lo necesitan. “La Caridad debemos practicarla todos los días y en todo lugar” recalcó Monseñor Blanco.
A la celebración Eucarística asistieron estudiantes, padres, apoderados, funcionarios de la Escuela La Milagrosa y miembros de la Familia Vicentina de Punta Arenas.
“No podemos asegurar mejor nuestra felicidad que viviendo y muriendo en el servicio de los pobres” (San Vicente de Paúl)
Fuente: Área de Comunicaciones
Fotografías: Área de Comunicaciones
Escuela La Milagrosa