“Buenos días
Saludo cordialmente a la familia de Gabriel.
Saludo al cuerpo directivo de la comunidad educativa.
Saludo a todo el personal docente.
Queridos estudiantes.
Por medio de estas palabras trataré de captar los sentimientos que deben estar sintiendo. Reconozco que por mucho que me propusiera no podría expresar a cabalidad el dolor que deben estar experimentando.
Nada ni nadie nos prohíbe “lamentarnos” ante la partida anticipada de Gabriel.
Durante el transcurrir de estas horas han recibido en sus corazones, todos aquellos momentos vividos junto al querido Gabriel. El revivir estos momentos va a permitir que Gabriel siga viviendo en el corazón de cada uno de ustedes.
Somos ciudadanos del cielo, peregrinamos en este mundo, la vida es un gran don que Dios nos regala, pero somos finalmente ciudadanos del cielo; nos consuela y estimula que hay vida más allá de la presente, hay toda una vida en la presencia de Dios, una vida en la que no habrá más sufrimiento ni dolor. Jesús quien ama a los niños, a cada uno de nosotros nos tienen preparada una habitación como nos dice el Evangelio, unos antes y otros después partiremos a este encuentro.
Es momento entonces de que recordemos cualidades y características de Gabriel. He recogido algunos testimonios que quisiera compartir con ustedes:
-Un niño muy suave, muy dócil, siempre tranquilo. Siempre daba una sonrisa, de pocas palabras. Al conversar con él trasmitía ternura.
– Muy cercano a la familia especialmente a su abuelita.
– Siempre muy ordenado.
-La abuelita fue un testimonio de fe para Gabriel, gracias a nuestra Madre María.
-Su madre y sus tías fueron parte de esta escuela.
-La vida de Gabriel sin duda ha marcado a esta escuela, ya con su vida los profesores se han referido muy bien sobre él.
-Muchas personas se unieron en oración.
Su partida ha permitido que la escuela se detenga, el ajetreo de la vida se ha detenido y ha permitido que todos reflexionen en torno a la vida; la vida es más que hacer cosas, más que cumplir etapas, la vida es buscar la trascendencia, ser uno para los demás.
-Gracias Señor por la vida de Gabriel, gracias por su familia que fue la cuna que lo formó y que ha sido testimonio para todos nosotros.
El día lunes celebré en Santiago por él la misa en mi comunidad.
Nos dice el Señor: “No se turbe en corazón”, hay una esperanza, hay un camino que recorrer, hay toda una vida en la presencia de Dios. Hoy Jesús nos habla directamente a cada uno de nosotros. Jesús nos sabe acompañar. Él sabe acompañar y escuchar silenciosamente. Jesús comprende que en el corazón no hay lugar para el dolor y el sufrimiento ante la partida.
Queridos papá y mamá de Gabriel, gracias por traer a su hijo al mundo, gracias por haber colaborado en el plan de la creación. Por el bautismo de su hijo ha sido revestido de inmortalidad, junto al Señor intercede por ustedes y les acompañe en todos momento.
Ustedes con cuidado, con mucho amor, han asistido a Gabriel en a crecimiento; lo asistieron en sus necesidades y han estado siempre a su lado. Lo mejor que han hecho por su hijo es darle vida y acompañarlo en todo momento.
Los niños son los predilectos de Jesús, ellos son imagen de la pureza, la sinceridad y la verdad que resplandecerá en Dios. Jesús abraza hoy a su hijo y nos recuerda: “Dejen que los niños vengan a mí”.
Ustedes son padres cristianos y creen en Jesucristo y en la vida eterna. Tengo la certeza de que la separación con su hijo es sólo temporal; Gabriel está en el cielo en donde se volverán a encontrar, lo verán y disfrutarán de su compañía por siempre; el Señor les vuelve a decir: “que no se turbe su corazón”, crean en Dios y pongan toda su confianza en él, que Dios les ayudará a continuar con su vida y les dará el consuelo necesario.
Que María nuestra Madre, que experimentó la pérdida de su hijo en la cruz, les asista, les consuele y les ayude a vivir una vida cristiana que les prepare a reunirse con su hijo en el cielo.
Ustedes papá y mamá y comunidad de la Escuela La Milagrosa han ganado un intercesor delante de Dios.
A Jesús que vive en nuestros corazones, el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
P. Cristopher Groff. M, C.M
Punta Arenas, 27 de Junio de 2019